domingo, 23 de octubre de 2011

En una ocasión, pensando en mi cuarto me di cuenta de que no podemos aguardar la verdadera felicidad, esa felicidad está compuesta de los momentos con esas personas importantes en nuestra vida, esos momentos en los que ríes pero luego te olvidas, en tus recuerdos se almacenan porque tu mente aguarda la perfección de la vida, la felicidad. Recuerdo cuando era pequeña que, volvía de los cumpleaños y mi madre me preguntaba "¿Qué tal te lo has pasado?" y yo le contestaba "mal porque me he caído", ese ejemplo es el que me hizo pensar, ahora no recuerdo los momentos de risa, el momento de soplar las velas, las caras alegres de niños saltando y jugando.... solo recuerdo el momento de la caída, sigo siendo la misma persona pesimista de siempre, que siempre mira el lado malo de las cosas, pero ahora se que el día que me vaya a la tumba, seré completamente feliz, con los momentos de alegría que he vivido. Los problemas solo son obstáculos que te pone la vida, si no ¿para qué existimos? Sería muy poco difícil...

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